Estas trabajando en tu portátil, terminado el trabajo que tienes que entregar mañana y de repente… ¡El ordenador se ha pagado! ¡No he podido guardar!
Esto puede pasar sobre todo en los meses de verano, cuando los días son más calurosos. Y con ordenadores portátiles que ya llevan unos años con nosotros y no han recibido ningún tipo de mantenimiento.
¿A qué se debe esto?
El motivo más común de ese problema suele ser el sobrecalentamiento del procesador debido a la suciedad acumulada en los conductos de ventilación que mantienen el ordenador refrigerado.
¿Cómo podemos verificar que puede tratarse de este problema?
Una de las comprobaciones que podemos hacer es verificar que el portátil tiene caudal de aire suficiente en la rendija de ventilación.
También es muy común cuando se trata de este problema que el portátil no puede encenderse inmediatamente después de apagarse repentinamente.
Por más que pulsemos el botón de encendido el equipo no se enciende, y hasta que no pasa un tiempo suficiente para que el equipo se enfrié, no podemos volver a encenderlo.
¿Qué hacer en estos casos?
La única solución a este problema sería limpiar los conductos de ventilación que están obstruidos por la suciedad y polvo que se han ido acumulando con el paso del tiempo.
Al limpiar los disipadores y conductos la refrigeración del portátil empezara a funcionar con normalidad y el problema quedara solucionado.
Ya que para esta operación es necesario el desmontaje del portátil, lo recomendable es aprovechar y sustituir la pasta térmica del procesador ya que también ayuda a disipar la temperatura.
Y por último, revisar la pila que mantiene la configuración de la BIOS para así ahorrarnos un futuro desmontaje, ya que cuando se agota puede ocasionar problemas en el arranque del sistema y que tengamos que cambiar la hora del equipo cada vez que lo encendamos.